por El diario.es
El tribunal de la EFTA ha dado la razón a Islandia
en su litigio con el Reino Unido y Holanda que se originó tras la
quiebra del banco islandés Landsbanki. Británicos y holandeses
reclamaban al Gobierno de Reikiavik los 4.000 millones de euros que sus
ciudadanos, empresas e instituciones habían invertido o depositado en
Landsbanki. Londres y Amsterdam reembolsaron esas cantidades a sus
nacionales y pasaron la factura a Islandia. En dos ocasiones diferentes,
los islandeses rechazaron en referendum asumir las responsabilidades
financieras del banco liquidado.
El tribunal rechaza las reclamaciones y se basa en dos argumentos, según el Financial Times:
la crisis financiera islandesa era lo bastante grande como para obligar
a medidas de emergencia. Además, el Gobierno no había discriminado a
los extranjeros en las medidas posteriores al hundimiento del banco.
Miles de británicos y holandeses, incluidos algunos ayuntamientos y
universidades, habían puesto sus ahorros en un fondo de Landsbanki
llamado Icesave porque ofrecía tipos de interés muy superiores a los de
la mayoría de los bancos. El fondo de garantía de depósitos islandés no
tenía dinero suficiente para compensar a todos los damnificados de
Icesave. Londres y Amsterdam sí lo hicieron, a lo que sumaron, en el
caso británico, una actitud que la mayoría de los islandeses
consideraron ofensiva: se utilizó la legislación antiterrorista para
apropiarse de los activos de Landsbanki en el Reino Unido.
El Gobierno islandés intentó aprobar un mecanismo de compensación en
favor de los dos gobiernos europeos, que amenazaban con represalias y
llevar la disputa a los tribunales. Decían que la reputación financiera
de Reiviavik estaba en juego si no se avenía a razones. El presidente
islandés obligó al Gobierno a convocar un referéndum porque consideraba
que las condiciones eran demasiado onerosas. En marzo de 2010, el 93% de
los islandeses rechazaron el mecanismo de devolución previsto por su
Gobierno.
Un argumento recurrente del Gobierno era que Islandia tenía todas las de perder si la disputa llegaba a los tribunales. 4.000 millones de euros suponía entonces la tercera parte del PIB de Islandia, un país de 320.000 habitantes. Londres y Amsterdam aprendieron la lección y negociaron con el Gobierno
islandés una condiciones de devolución mucho mejores: un tipo de
interés menor y un plazo de devolución mayor, hasta 30 años. Tampoco
convenció a los islandeses que en un segundo referéndum en abril de 2011
volvieron a votar no, esta vez con un porcentaje cercano al 60%.
Se daba la circunstancia paradójica de que mientras ocurría todo esto,
el Gobierno islandés ya había comenzado a empezar a pagar, no utilizando
fondos públicos, sino una parte de los activos que quedaban de
Landsbanki. A fecha de hoy, según fuentes del Gobierno islandés citadas
por el FT, se ha devuelto el 51% de los fondos perdidos, que a su vez es
el 90% de las cantidades que los Gobiernos británico y holandés
devolvieron al estar protegidas por las normas de garantías de depósitos
existentes en ambos países.
http://www.eldiario.es/economia/Islandia-Reino-Unido-Holanda-Landsbanki_0_95190855.html