por David Martín Marcos
Diagonal periódico
Los portugueses sufren la subida del paro y la única expectativa de los jóvenes es salir del país. Mientras, ya se habla de un país ‘entroikado’ (bajo la troika).
Diagonal periódico
Los portugueses sufren la subida del paro y la única expectativa de los jóvenes es salir del país. Mientras, ya se habla de un país ‘entroikado’ (bajo la troika).
En Lisboa, en las tiendas del multicultural
barrio de Graça, que vigila la ciudad desde una colina, se ha recuperado
el viejo hábito de fiar la compra. Dos pollos enteros ascienden a cinco
euros; el kilo de tomates, a casi dos; y el paquete de arroz, a poco
más de setenta céntimos.
Todo junto da para que una familia engañe el hambre
media semana. Aunque cada vez más hay quien no puede permitírselo
conforme avanza el mes, y es ya habitual que carniceros y fruteros
apunten las deudas de sus clientes en una suerte de solidaridad vecinal con la que hacer frente a la crisis.
Pérdida de poder adquisitivo
No es para menos: en 2013 el sueldo medio en Portugal, estrangulado
tras la reducción de los tramos del IRPF orquestada por el Ejecutivo de
Pedro Passos Coelho, se reducirá a poco más de 700 euros.
Serán los 1,8 millones de pensionistas los que más complicado lo tendrán a la hora de cuadrar sus cuentas con una paga que, por regla general, no superará los 400 euros y con la que tendrán que hacer frente a un incremento del 15% en el precio del transporte público o a la subida del 13% de la factura de la luz del pasado año.
El desempleo, una de las caras más amargas de la crisis, afectará al 15% de la población activa y, sin previsiones de cambio a lo largo del nuevo ejercicio, la emigración, que está provocando un vacío demográfico
en el interior, seguirá siendo la gran tabla de salvación para los
jóvenes. Luanda, Río de Janeiro, São Paulo o Macao, los emergentes
centros de la lusofonía que desde hace años atraen a los graduados
portugueses, volverán a convertirse en destinos codiciados para una
generación extraordinariamente preparada que no encuentra sitio en su
país natal.
El primer ministro ya animó a sus ciudadanos a forjarse un futuro
fuera de Portugal el pasado año, y sus esfuerzos se centrarán en
exprimir los recursos de los que se queden.
Un IVA del 23%
Con un IVA que se sitúa ya en el 23% y que paradójicamente ha provocado una disminución de los ingresos generados
por este impuesto en las arcas del Estado, el nuevo ataque planteado
por un Passos Coelho lastrado por bajísimos índices de popularidad,
afectará a los autónomos que no puedan hacer frente a sus pagos a la
Seguridad Social.
Según informó la televisión pública RTP, podrán incurrir en penas de
cárcel aquellas personas cuya deuda con esa institución sobrepase los
3.500 euros, cuando anteriormente el límite estaba en 7.000. Hay quien
afirma que en 2013 se estará mejor en la cárcel en un Estado en el que
muchos se sienten ninguneados cuando no perseguidos por la clase
política. El pasado otoño, a la luz de una encuesta hecha pública por
los principales medios de comunicación portugueses, el 87% de la
población dijo sentirse “desilusionada con la democracia”,
si bien el número de descontentos podría haber aumentado todavía más en
los últimos meses. Por lo pronto, en una votación organizada por Porto
Editora, la mayor industria librera del país, los lusos han elegido el adjetivo ‘entroikado’ como palabra del año 2012 en Portugal.
Según el comunicado hecho público por el grupo editorial, el
neologismo se aplica a aquella persona “obligada a vivir bajo las
condiciones impuestas por la troika” y coloquialmente, a aquel que está
“en una situación difícil; fastidiado, jodido”. En 2013 en las calles de
Graça, donde las notas del fado se confunden con las voces de los
indios que juegan al críquet, habrá que seguir fiando la carne y la
verdura a los ‘entroikados’ pero ya nadie sabe hasta cuándo.