por CADTM Internacional
Vista la situación de urgencia social, el CADTM invita a todas las fuerzas sociales y políticas que compartan su indignación, a exigir conjuntamente la inmediata suspensión del pago de la deuda de Bosnia, Serbia y Croacia, con una congelación de los intereses para dar así prioridad a las necesidades de la población y proporcionar los recursos indispensables para la reconstrucción de estos países. Durante esta moratoria, es necesario realizar una auditoría de la esta deuda para investigar sobre sus orígenes, así como sobre los impactos de acreedores, como el FMI, en la población. Todas las deudas ilegítimas deben ser anuladas sin condiciones.
Las inundaciones en los Balcanes han ocasionado,
desde el 17 de mayo, 17 muertos en Serbia, 27 en Bosnia y otros dos en
Croacia. A este desastroso balance hemos de sumarle aún dos decenas de
miles de refugiados y personas sin electricidad, así como cuantiosos
daños materiales. Las autoridades políticas afirman que no se habían
visto unas inundaciones así en esta región de Europa desde hacía más de
un siglo. Tales inundaciones han devastado el 40% del territorio bosnio.
Los daños se estiman en alrededor de 1.300 millones de euros, lo que
representa el 10% del PIB del país.
Aprovechando esta situación, el
FMI dijo estar dispuesto a acordar una “ayuda” para Bosnia, pero bajo
ciertas condiciones: el gobierno bosnio debe acometer reformas
económicas. Estas no han sido hechas públicas todavía. En Serbia, el
primer ministro, Vucic |1|
ha declarado su intención de ahorrar 400 millones de euros vía recortes
salariales en la administración pública, una ampliación en la edad
legal de jubilación para las mujeres y nuevas medidas ventajosas para
los “inversores” privados.
El CADTM denuncia la intervención del FMI en la región por los
devastadores efectos de sus políticas. Es inaceptable que el FMI
aproveche esta catástrofe natural para imponer, como contrapartida a un
préstamo, medidas de austeridad a una población ya debilitada por la
inundación.
Recordemos que el FMI ha intervenido ya varias veces en Bosnia, a
consecuencia de la recesión económica que golpeó al país a partir de
2009. El último tramo de préstamo (404 millones de euros |2|
liberados en septiembre de 2012) había quedado condicionado a la puesta
en marcha de reformas estructurales: austeridad y privatizaciones,
sobre todo en los sectores de seguros de salud y pensiones |3|.
Estos ataques se añaden a las privatizaciones, especialmente en la
región industrial de Tuzla, de donde partió la revuelta popular que
vivió el país hace algunos meses.
De la misma forma en Serbia, entre 2002 y 2010, 2.400 empresas
públicas fueron privatizadas con resultados totalmente negativos. Dichas
privatizaciones, impuestas por el FMI, han dado lugar a casos de
corrupción, violaciones de los derechos de los/as trabajadores/as y en
enriquecimiento de una minoría de población.
Por último destacar el elevado nivel de desempleo, que en Bosnia
alcanza oficialmente el 40% (60% de paro juvenil) y 25% en Serbia.
Vista la situación de urgencia social, el CADTM invita a todas las fuerzas sociales y políticas que compartan su indignación, a exigir conjuntamente la inmediata suspensión del pago de la deuda de Bosnia, Serbia y Croacia, con una congelación de los intereses para dar así prioridad a las necesidades de la población y proporcionar los recursos indispensables para la reconstrucción de estos países. Durante esta moratoria, es necesario realizar una auditoría de la esta deuda para investigar sobre sus orígenes, así como sobre los impactos de acreedores, como el FMI, en la población. Todas las deudas ilegítimas deben ser anuladas sin condiciones.