"Quien se pronuncia por el camino reformista en lugar de y en oposición a la conquista del poder político y a la revolución social no elige en realidad un camino más tranquilo, seguro y lento hacia el mismo objetivo, sino un objetivo diferente: en lugar de la implantación de una nueva sociedad, elige unas modificaciones insustanciales de la antigua." Rosa Luxemburgo

martes, 9 de septiembre de 2014

Relaciones Norte/Sur: El futuro dependerá de la capacidad de la ciudadanía para impulsar una auténtica lucha de liberación social

Segunda parte de la entrevista realizada por Anthony Legrand.

Publicamos aquí la segunda parte de la larga entrevista realizada por Anthony Legrand a Éric Toussaint el 11 de julio de 2014. La entrevista permite abordar de qué manera una organización como el CADTM percibe su acción en el marco de las relaciones Norte/Sur.

1.- ¿Piensa usted que la moral de la urgencia (humanitaria) prevalece sobre el rigor del análisis dentro de la solidaridad internacional? ¿Primacía de la acción sobre la reflexión? ¿Cree que las ONG intentan actuar sobre las causas del subdesarrollo o que más bien intentan paliar sus efectos?’

Para mí, es un poco difícil dar una respuesta, ya que la acción del CADTM se fundamenta en una estrategia en el medio y el largo plazo, y por lo tanto, por definición, percibimos de manera crítica los sobresaltos humanitarios ligados a los problemas de urgencias. Por otra parte, por supuesto que hay urgencias, como el caso del terremoto de Haití en enero de 2010, o la solidaridad con las poblaciones palestinas víctimas de la agresión de julio-agosto de 2014 efectuada por el ejército israelí en los territorios ocupados. Situaciones que piden una intervención masiva y urgente para llevar ayuda. Y si eso les permite a los organismos que llevan la ayuda de urgencia a superar esta urgencia para tener en cuenta los problemas estructurales del país y de la población, tanto mejor. A veces, se es el caso. Pero fundamentalmente, criticamos un enfoque estrictamente humanitario y de urgencia, porque no es poniendo una venda sobre las heridas más abiertas de los pueblos como resolveremos sus problemas. Por lo tanto, debemos trabajar fundamental y prioritariamente sobre lo estructural en el medio y el largo plazo.

En el Norte, bastantes organizaciones están haciendo un buen trabajo en la educación para el desarrollo, con la intención de llegar a comprender las estructuras globales que acarrean esos problemas. Sin embargo, la parte esencial del presupuesto de la cooperación de los países del Norte va a las ONG y especialmente a proyectos de desarrollo en el Sur que no tratan para nada los problemas estructurales. No hablo simplemente de lo humanitario sino también de la asistencia técnica, como en la agricultura, la sanidad, la educación y otros servicios, que tiene un aspecto paternalista renovado, incluso una connotación neoliberal clara, favoreciendo la mercantilización generalizada. Tomemos, por ejemplo, el lema de una campaña de solidaridad Norte/Sur bien conocida y que en principio parece simpática: «en lugar de darles pescado u otros alimentos es mejor enseñarles a pescar» ¡Como si las poblaciones del Sur no supieran pescar! Eso es paternalismo o un desconocimiento profundo de la realidad. Y esto demuestra la visión que una parte del Norte tiene del Sur: la de un Sur que debe aprender del Norte, o que simplemente debe aprender. Lo que realmente se debería hacer es impedir que las grandes industrias de la pesca de los países del Norte agoten los caladeros de los lagos y mares del Sur, impedir la contaminación de las aguas, construir estructuras adecuadas en el ámbito local para la conservación de los alimentos y para su comercialización. Es necesario garantizar la soberanía alimentaria con el fin de permitir que millones de personas que viven tradicionalmente de la pesca puedan hacerlo dignamente.

Para revelar la postura paternalista, eurocéntrica, arrogante de un buen número de organismos del Norte, se puede mencionar el discurso del presidente francés Nicolas Sarkozy, pronunciado en Dakar el 26 de julio de 2007:

«El drama de África reside en que el hombre africano todavía no ha entrado suficientemente en la historia. El campesino africano que, desde hace miles de años, vive de acuerdo con las estaciones, cuyo ideal de vida es estar en armonía con la naturaleza, sólo conoce el eterno recomienzo del tiempo, al ritmo de la repetición sin fin de los mismos gestos y de las mismas palabras.
En este imaginario donde todo recomienza siempre, no hay lugar ni para la aventura humana ni para la idea de progreso.
En este universo en el que la naturaleza manda sobre todo, el hombre escapa a la angustia de la historia que atenaza al hombre moderno, pero el hombre permanece inmóvil en medio de un orden inmutable donde todo parece estar escrito por adelantado.
Nunca el hombre se lanza hacia el futuro. Nunca tiene la idea de salirse de la repetición para inventarse un destino. El problema de África y permitid que lo diga un amigo, está allí. El reto para África es entrar realmente en la historia. Y en ella buscar la energía, la fuerza, las ganas, la voluntad de escuchar y de unirse a su propia historia.
» |1|

¿Cuánta arrogancia, no os parece?
El concepto de eurocentrismo, según el cual Europa es superior, está profundamente arraigado en el espíritu de los intelectuales, dirigentes políticos, periodistas. Este extracto, proveniente de una obra clave de un influyente universitario en el mundo anglosajón, lo afirma claramente: «Los nuevos dirigentes del mundo, sean los que fueren, heredarán una posición que ha estado construida por Europa y por Europa sola. Son las técnicas europeas, los modelos europeos, las ideas europeas que han sacado al mundo no europeo de su pasado —lo arrancaron de la barbarie, en África, lo arrancaron de una civilización mucho más antigua, lenta y majestuosa en Asia—. Y si la historia del mundo influyó de alguna manera, durante estos últimos cinco siglos, es en la medida en que ha sido europea. No creo que nos debamos excusar de abordar la historia desde un punto de vista eurocéntrico.» |2|

Los grandes organismos internacionales influyentes, como la OCDE, publican trabajos que abundan en el mismo sentido. En particular, pienso en los trabajos de Angus Maddison (un economista de renombre de la OCDE) que ha tratado de demostrar que Europa occidental no debe su supremacía, después del siglo xvi, al recurso de la fuerza. Con ese objetivo, intenta demostrar que Europa occidental había alcanzado a los países más avanzados de Asia a fines del siglo xv, antes de lanzarse a la conquista militar del resto del mundo. Angus Maddison se opone a los que, como Paul Bairoch |3|, revelan el papel explotador de las potencias europeas y cuestionan el sistema capitalista. Angus Maddison escribe: «Si Paul Bairoch tuviera razón, una gran parte del retraso del Tercer Mundo debería atribuirse a la explotación colonial, y una buena parte de la superioridad de Europa no podría explicarse por sus avances científicos, por los siglos de lenta acumulación y la solidez de su organización y de sus finanzas.» |4| Este hombre no puede aceptar que Europa haya logrado dominar una gran parte del mundo notablemente mediante la fuerza. Por ello, en su obra publicada por la OCDE, Angus Maddison se aplicó a demostrar la superioridad de Europa y del capitalismo a partir del siglo xvi. Dedico una parte de mi curso sobre las relaciones Norte /Sur en la Universidad de Lieja a estos debates y a la crítica del eurocentrismo |5|.

Muestro cómo el Banco Central promueve un desarrollo que supone la generalización de la mercantilización de los bienes y los servicios (privatización y mercantilización de las tierras comunales y colectivas, del agua, de l salud y de la educación…) y la apertura más amplia posible de las economías del Sur a las inversiones extranjeras, a los bienes y servicios extranjeros. En una obra que consagré al Banco Mundial, cité un extracto de uno de los informes oficiales que demuestran claramente la orientación de este banco: En el Informe sobre el Desarrollo en el Mundo de 1987 manifiesta: «En Principios de economía política (1848), John Stuart Mill evoca las ventajas que resultan del “comercio exterior”. Aunque haya pasado más de un siglo, sus observaciones siguen siendo tan válidas hoy como en 1848.» Hablando de las ventajas indirectas del comercio, Mill dice: “... un pueblo puede estar en un estado letárgico, indolente, inculto, con todas sus aspiraciones satisfechas, adormecido, y no puede poner en acción todas sus fuerzas productivas por la falta de un objeto que desear. La aventura del comercio exterior, al hacerle conocer nuevos objetos u ofrecerle la tentación de adquirir objetos que hasta entonces no pensaba poder procurarse [...] alienta a quienes se contentaban con un poco de comodidad y un poco de trabajo a trabajar duro para satisfacer sus nuevos gustos, incluso a ahorrar y acumular capital.» |6|

Estas diferentes citas demuestran que el CADTM no combate fantasmas sino que ataca a conceptos profundamente arraigados actualmente en el pensamiento y en la acción de los organismos internacionales poderosos, de los dirigentes políticos de peso, del establishment intelectual y de los medios dominantes.

2.- ¿Piensa usted que las «ONG políticas» han sido marginadas dentro del sector de ONG? Si esto es así, ¿por qué se ha producido?

Por supuesto que sí. Las ONG (y otras asociaciones) que tienen una visión política emancipadora y crítica sobre los problemas de las relaciones Norte/Sur han sido francamente marginadas tanto por los grandes medios como por el poder. Hay una política sistemática de los organismos que subvencionan de marginar este tipo de organización, o de inducirlas, con el pretexto de mejorar su capacidad técnica, a evolucionar, abandonando la visión global crítica del sistema. Las ONG (y otras asociaciones) que tienen una visión crítica globalizadora deben estar en lucha permanente para no sucumbir a las presiones. Y de esta manera conseguir apartarse de la tendencia que hace que algunas ONG pierdan de vista la perspectiva estratégica que implica cuestionar una serie de fenómenos estructurales. Ahora bien, con estos temas no se consiguen fondos fácilmente ni se convence suficientemente a los patrocinadores. Existe también una tendencia, en un importante número de ONG, que consiste en responder a temas que permiten obtener fondos con facilidad, como el sostén al microcrédito, la lucha contra el sida o contra el cambio climático (Respecto a nuestra posición crítica sobre el microcrédito véase en ATTAC-CADTM Marruecos: «Le micro-crédit ou le business de la pauvreté», folleto en versión pdf, publicado el 26 de febrero de 2014, (http://cadtm.org/Le-micro-credit-ou... y http://cadtm.org/Caravane-Internati...). El CADTM critica esta tendencia de las ONG a seguir un efecto moda ligado a la manera como los grandes medios presentan los problemas prioritarios del planeta y con la que los gobiernos del Norte elaboran una jerarquía de prioridades para el acceso a los fondos. Los gobiernos buscan claramente en todo el mundo, tanto en el Norte como en el Sur, poder instrumentalizar las ONG, cosa que a menudo consiguen. El CADTM, que trabaja sobre el tema de la deuda del Tercer Mundo, estuvo varias veces confrontado a la idea de los patrocinadores de que la deuda ya no era un problema para el Tercer Mundo y que tampoco se necesitaba continuar hablando de ella. Algunos argumentos eran: «Ustedes nos piden que los subvencionemos para decir que los países endeudados con el Norte no deben continuar pagando su deuda porque ésta es ilegítima; ¿encuentran esto convincente para recibir fondos?». A pesar de todo, mantenemos nuestra independencia. Por otra parte, el presupuesto del CADTM con respecto al de las grandes ONG es ínfimo…

3.- Algunas personas, del Norte o del Sur, abogan por suspender la ayuda internacional acusándola de haber creado un desarrollo dependiente en los países en vía de desarrollo. ¿Qué piensa usted de esto?

Depende de donde provienen las críticas (por ejemplo, si es de políticos de extrema derecha, que prefieren dar la prioridad a sus países, o de voces del Sur que cuestionan las estructuras de la ayuda oficial al desarrollo —AOD— tal como funciona actualmente). La posición del CADTM es que se debe dejar de hablar de ayuda al desarrollo. En el derecho internacional, hay una obligación de cooperación al desarrollo en el sentido de organizar transferencias para (r)establecer equilibrios. Es el resultado de combates realizados durante los últimos cincuenta años, especialmente en el marco de los trabajos de las Naciones Unidas. 

La Declaración de las Naciones Unidas sobre el derecho al desarrollo adoptada en 1986 |7| constituye un fundamento sólido para determinar un enfoque positivo del desarrollo humano. Esta declaración es poco conocida, por lo que os propongo algunos extractos:

Las políticas neoliberales establecidas en todo el mundo desde los años 1980 han impedido la concreción de esta Declaración de las Naciones Unidas. Para el CADTM, es necesario realizar un cambio radical en el ámbito internacional: es necesario redefinir la cooperación internacional para conseguir, finalmente, poner en práctica este texto fundamental de las Naciones Unidas así como los pactos internacionales sobre los derechos económicos, sociales, culturales (PIDESC) |8|, civiles y políticos (PIDCP) |9|.

Existe una obligación de los países más ricos del planeta de transferir recursos hacia el Sur para que se puedan satisfacer las necesidades fundamentales de las poblaciones. Para nosotros, estas transferencias remiten a un tipo de deuda de los países del Norte con respecto a los países del Sur. La riqueza de Europa a partir del siglo xv es en parte consecuencia del pillaje a los países del Sur. Por lo tanto, sí que debe haber reparaciones, compensaciones, que se deben aportar por ese saqueo multisecular (un puro y simple robo o un comercio desigual, etc.). Por consiguiente, para nosotros no es generosidad ni caridad sino un deber de reparación.

Cuestionamos la ayuda al desarrollo concebida por los países del Norte como una prolongación de su política exterior y como un acompañamiento de sus industrias exportadoras, incluidas las de servicios. Queremos un mecanismo de transferencias y de reparación que aporte directamente resultados concretos a las correspondientes poblaciones, con proyectos de desarrollo elaborados por las sociedades del Sur de manera soberana y que en esas sociedades exista un control de las comunidades sobre la utilización de esos fondos. A las reparaciones, agregamos la suspensión de la reclamación del pago de una deuda ilegítima, la restitución de los bienes mal adquiridos —los bienes culturales que se encuentran en los museos occidentales como el Louvre, el Museo Británico, el Bruselas-Tervueren, en Viena , Nueva York.., así como los bienes colocados en el Norte por regímenes corruptos que expoliaron a sus pueblos—. Y también eliminar los mecanismos de saqueo de las empresas farmacéuticas o de semillas del Norte de la biodiversidad de los países del Sur, la abrogación de los tratados bilaterales sobre las inversiones que favorecen de manera descarada a las grandes sociedades privadas internacionales, el cuestionamiento de los tratados comerciales que constituyen armas de destrucción masiva para los productores locales que no pueden sobrevivir a la competencia de las grandes empresas exportadoras privadas. Hay que trabajar sobre estos mecanismos globales. Si detuviéramos los fenómenos de saqueo y de transferencias de riquezas del Sur hacia el Norte, la cooperación necesaria al desarrollo humano sería mucho menos importante que en la actualidad. 

Perspectivas

4.- Después de medio siglo de actividades, la incapacidad de generar cambios duraderos es una crítica central a la actuación de la cooperación al desarrollo. ¿Qué piensa usted del cuestionamiento de la legitimidad de las ONG como verdaderas inductoras del cambio?

De todas maneras, es necesario preguntarse sobre la legitimidad de las organizaciones y de sus políticas. Se trata especialmente de realizar un análisis riguroso de los resultados de sus actuaciones. Pienso que una gran parte del trabajo de las ONG, aunque se haga con un espíritu positivo y no de acaparamiento o de interés personal, es limitado y francamente criticable. Pero, y en el mismo sentido que respecto al cuestionamiento de la ayuda al desarrollo, depende de quien lo haga. Si hay actores del Sur que cuestionan el papel paternalista de las ONG del Norte o sus maneras de actuación, en particular, respecto a su nivel de vida, lo entiendo perfectamente —a propósito del personal de las ONG humanitarias que se desplazan en 4x4 con grandes gastos y alojado algunas veces de manera muy confortable mientras que, al mismo tiempo, el organismo o Estado que envía esta ayuda de urgencia pide al Estado que la recibe que despida a personal de sanidad o de educación—. En este caso, se debe cuestionar la legitimidad. Lo vemos a diario: durante una crisis humanitaria en el Sur, se envía a organismos del Norte y la ayuda al desarrollo del Norte va a esos organismos del Norte, se fletan aviones del Norte, se paga a personal médico del Norte, se compran medicamentos a sociedades farmacéuticas del Norte, mientras existe personal sanitario disponible localmente y los medicamentos se podrían comprar en la India, en la República Sudafricana, en Brasil o en Cuba, que producen excelentes medicamentos. Este tipo de comportamiento debe cuestionarse.

5.- Según el último informe de evaluación del impacto político del CADTM (objetivo final del círculo virtuoso del Comité), a pesar de que la sensibilización de los responsables progresa positivamente, pocos textos legislativos son adoptados: «…las obligaciones financieras de los Estados continúan, un poco por todos lados, prevaleciendo sobre los derechos humanos». ¿Qué piensa usted de esta falta de salidas políticas? 

Como tantas otras organizaciones, el CADTM tiene enormes dificultades para obtener resultados políticos desde el punto de vista de los responsables políticos, por ejemplo un gobierno o un parlamento. Como ejemplo, el CADTM junto a otros movimientos de solidaridad Norte/Sur obtuvimos por parte del Senado belga la adopción de una resolución concerniente a la necesidad de Bélgica de efectuar una auditoría de la deuda que reclama a los países pobres del Sur. A pesar de ser adoptada por una mayoría del Senado fue bloqueada por el gobierno (en particular por los ministros de las finanzas y de la cooperación, dirigentes de la familia política liberal) que consideraba que una resolución no es obligatoria, no es una ley, y que no había los medios financieros para hacer esa auditoría. Algunos años más tarde, no conseguimos juntar un número suficiente de parlamentarios convencidos para transformar esta resolución en una ley que obligue a Bélgica a actuar. Nuestros resultados políticos no están a la altura de nuestras expectativas.

6,- Frente a unos problemas que ahora son globales, ¿de qué manera el sector de las ONG puede influir en las decisiones políticas más importantes para aportar esos cambios radicales tan esperados? 

Esto exige que las ONG constituyan un frente con fuerzas más amplias, especialmente organizaciones sindicales, organizaciones o movimientos ciudadanos, o partidos políticos que deseen unos cambios profundos. Es necesario que se consiga aumentar el número de fuerzas sociales, ciudadanas y políticas, que sostengan los problemas que priorizamos y los lleven a la arena política. Esto exige un esfuerzo importante porque las organizaciones nacionales estarán sobre todo movilizadas por temas nacionales, regionales o locales. Hablar de la deuda del Tercer Mundo, de los tratados comerciales internacionales, de los tratados bilaterales sobre las inversiones, de la política de la OMC, de la política del BM no está entre los temas inmediatos de una serie de interlocutores, tanto a escala regional como nacional. Y este es un reto a tener en cuenta. Trabajamos en ello pero no es evidente que consigamos los resultados que nos gustaría alcanzar.

7.- ¿Cuáles son las relaciones del CADTM con las ONG de desarrollo? ¿Hay alguna especie de competencia dentro del sector?

Lo que hace el CADTM, que es un movimiento, en relación a los otros actores del desarrollo humano y del cambio es muy claro: tratar de buscar el máximo de convergencias. Poner de lado lo que nos divide y establecer acuerdos estratégicos o puntuales para reforzar convergencias sobre objetivos precisos. Está en el centro del manifiesto político de nuestro movimiento internacional (véase Declaración de principios del CADTM el manifiesto en http://cadtm.org/Declaracion-de-pri... http://cadtm.org/Red-Internacional-... 1). Y esta voluntad concentra toda nuestra energía hacia los otros actores independientes del gobierno. Por lo tanto, no estamos de ninguna manera en una posición competitiva.

8.- El movimiento altermundista está considerado como el descendiente del tercermundismo. ¿Está usted de acuerdo con esa consideración?

Sí y no. El movimiento tercermundista correspondía —y eso estaba muy bien— a una ola de solidaridad Norte/Sur. El altermundismo se inscribe en esa tendencia pero va más allá de la solidaridad Norte/Sur, y quiere construir un movimiento común donde ya no se trate simplemente de una relación de solidaridad sino de que exista una relación de unidad de acción, de una cooperación mucho más estrecha. El CADTM ha tenido un papel muy activo en la constitución del movimiento altermundista desde los años 1990. Participó en el Foro Social Mundial desde su comienzo en 2000-2001. Contribuyó a forjar el término altermundista (en los primeros tiempos del movimiento los medios hablaban de antiglobalización, o en francés de antimundialización, mientras que nosotros estamos por otra mundialización, de allí surge el término altermundista).

9.- Desde 2005 se habla de estancamiento, incluso de declive, del movimiento altermundista. ¿Qué piensa de eso?

El movimiento altermundista atraviesa una crisis desde los años 2005-2006. Tuvo su apogeo en la segunda mitad de los años 1990 y comienzos de los años 2000, con una enorme capacidad de movilización contra la OMC, el BM, el FMI, el G7, el G8, combinado, en algunos casos, con una gran capacidad de propuestas. Siguiendo ese camino se constituyó el FSM que agrupaba una parte importante de las fuerzas altermundistas del planeta. Este éxito redefinió las estrategias de los grandes organismos y sufrimos ataques importantes. El movimiento altermundista ya no consigue impedir o dificultar las reuniones de las grandes instituciones internacionales ya que, sabiéndose detestadas, han decidido reunirse en lugares inaccesibles. También hay otras explicaciones: el éxito llevó a una serie de fuerzas con grandes medios, entre las que encontramos ONG, a unirse a la dinámica del FSM para asegurar su propia visibilidad. Esto condujo a la institucionalización del FSM —convertido en una cuestión económica, especialmente para la industria hotelera local, ya que una reunión del FSM de unas 100.000 personas o más durante 4 o 5 días constituye una gran oportunidad de ganancia para la industria turística local—. Y esto afecta al FSM en su capacidad de mantener una gestión independiente, crítica, que privilegie el militantismo. Incluso algunas fuerzas sociales que habían sido elementos motrices del FSM comenzaron a sostener a sus respectivos gobiernos, por ejemplo, el gobierno Prodi de centro derecha en Italia (2006-2007), el gobierno de Lula (2003-2010), luego de Dilma (2011-…) en Brasil, etc. Esta lógica de cogestión con un gobierno amigo también contribuyó a la institucionalización del FSM |10|. Pero, a pesar de todo, sigue siendo una referencia |11|. Sin embargo, el FSM encuentra dificultades en definir las estrategias y prioridades, en la capacidad de intervenir para cambiar el curso de los acontecimientos que evoluciona de manera inquietante. El movimiento altermundista tiene un verdadero problema para encontrar un nuevo aliento.

Estamos en uno de los períodos más difíciles de los últimos 15-20 años para la creación de una estructura y de un movimiento de convergencia de diferentes resistencias para impulsar alternativas.

En 2011, el CADTM tuvo muchas esperanzas en el movimiento de los indignados en España, que luego se extendió a Grecia, a Portugal y que pasó el Atlántico originando el movimiento Occupy Wall Street |12|. Fue formidable. Pero nos dimos cuenta de que ese movimiento tenía dificultades en dotarse de una estructura internacional y de una prolongación, de una continuación. Ese movimiento tan importante, en el que también hemos participado, no tenía relación con la dinámica institucionalizada del FSM. Era una nueva generación que entraba de una manera extraordinaria en la acción social y política. No hubo aportes de este movimiento al antiguo movimiento del FSM. Y este nuevo movimiento tan prometedor no encontró, hasta ahora, una manera de prolongarse en el tiempo. Por lo que estamos en una situación donde faltan fuerzas propulsoras. El CADTM participa en el movimiento de los indignados en España. También aconteció la primavera árabe en 2011 y el CADTM estuvo particularmente activo en los procesos de luchas que se desarrollaron en Túnez (derrocamiento del dictador Ben Ali en enero de 2011) y en Marruecos (movimiento del 20 de febrero).

Por otra parte, y es muy esperanzador, hay una fuerte dinámica alrededor de la auditoría ciudadana de la deuda en Europa (España, Portugal, Grecia, Francia, Bélgica… véase ICAN http://cadtm.org/ICAN,750). El CADTM tuvo un papel movilizador de este nuevo fenómeno. Pero, si la deuda pública es un elemento importante con respecto a las políticas de austeridad, no pretendemos, mediante la auditoría ciudadana, reunir tanta gente como la congregada por el movimiento altermundista o el movimiento de los indignados, en donde convergen todas las alternativas frente a la mundialización que se nos impone. Por consiguiente, el CADTM tiene una función en su sector, pero desea desplegarse junto a otras redes internacionales para dar una nueva vida al movimiento alter. No lo hemos conseguido, pero eso no quiere decir que bajemos los brazos. Estamos en uno de los períodos más difíciles de los últimos 15-20 últimos años en cuanto a la creación de una estructura y de un movimiento de convergencia de las diferentes resistencias para impulsar alternativas.

10.- ¿Es optimista sobre el inicio de unas relaciones Norte/Sur más equilibradas y un mundo más igualitario y justo?

Con toda franqueza, no soy optimista, en absoluto. En el corto plazo, estoy preocupado porque algunas experiencias muy prometedoras están cambiando en forma inquietante, particularmente en Venezuela, Ecuador y Bolivia. Al contrario de la propaganda mediática, estas experiencias nos procuraban una auténtica esperanza porque había reformas políticas con nuevas constituciones democráticas, experiencias ciudadanas importantes, experiencias de reconquista por las poblaciones de sus recursos naturales, de despliegue de servicios públicos, de afirmación de una dignidad y de una soberanía reencontradas y de la voluntad de una integración alternativa a la integración concebida según el modelo neoliberal. Vemos que estas experiencias están mostrando sus límites desde 2009-2010 (por ejemplo, la extrema lentitud en el comienzo de la actividad del Banco del Sur, que fue oficialmente lanzado en 2007) |13|. Se presentan fenómenos de burocratización, de pérdida de entusiasmo y de energía, de corrupción… Los gobiernos prosiguen con una política de desarrollo ampliamente basada en las exportaciones de materias primas (petróleo, gas, minerales, productos agrícolas). Felizmente, se llevan a cabo políticas realmente alejadas del neoliberalismo tal como se vive en Europa o en América del Norte. Pero estos procesos en curso en América del Sur todavía no consiguieron encontrar las buenas fórmulas para una autoorganización de las poblaciones, para una expresión política que, en el plano gubernamental, estaría fundada, siempre, en el control popular o en formas de autogestión, que están en germen en algunos lugares, pero que aún no se han desarrollado lo suficiente.

En la misma forma, la primavera árabe, simultánea a los movimientos de indignados en 2011, encuentra dificultades para llegar a formas de gobierno democráticas que rompan con el neoliberalismo. Más evidente en Egipto, aunque también es cierto en Túnez.

Por lo tanto, no soy optimista a corto plazo. Aunque también constato que, de manera periódica, las poblaciones se rebelan, que las sucesivas rebeliones terminan por generar resultados políticos, que el trabajo del CADTM se arraiga en procesos locales en países de Europa y del Sur (en África, América Latina y Caribe, en Asia). También he sido testigo de que el cuestionamiento de las deudas ilegítimas toma fuerza y que el problema se amplía de manera coherente: no solo se trata de cuestionar las deudas públicas ilegítimas, insostenibles, odiosas o/e ilegales, se trata también de luchar por la anulación de las deudas privadas ilegítimas reclamadas a los millones de familias de las que los bancos abusaron mediante los préstamos hipotecarios —particularmente importante en Estados Unidos, España, Irlanda, y en varios países de Europa Central y del Este—. También a los centenares de miles de familias víctimas de los tipos de interés usurarios en los microcréditos, principalmente en el Sur, a los campesinos —y en especial de la India, en donde más de 250.000 campesinos sobreendeudados se suicidaron en la última década— víctimas de tipos de interés usurarios y de las políticas del Banco Mundial. Esto hace que el CADTM y todas las otras organizaciones e individuos que luchan por la anulación de las deudas ilegítimas tengan nuevas responsabilidades.

Con respecto al medio y largo plazo, seguramente no estaré presente para vivirlo, pero guardo una esperanza entusiasta en la capacidad de las poblaciones para tomarse el destino en sus manos frente a los desafíos globales tales como la deuda o el cambio climático. También conservo la gran voluntad de contribuir a la continuación de la lucha emancipadora. Estoy persuadido de que las generaciones próximas podrán forjar un nuevo proyecto emancipador y de formas de organización que responderán a las crisis y a los fenómenos de institucionalización y de fatiga, con los que las generaciones anteriores se encontraron. Por ahora, la prioridad es contribuir a la formación de la joven generación. Y es una de las fuerzas del CADTM ya que el equipo de trabajo lo lleva mayoritariamente un grupo de personas que tienen entre 20 y 45 años, y eso me induce optimismo.

11. ¿Cómo piensa usted que será el porvenir de la cooperación al desarrollo en general y de las ONG en particular?

Los organismos oficiales de la cooperación internacional del Norte tienen un papel que puede y debe ser criticado: con frecuencia, hacen prevalecer su función humanitaria para cubrir los intereses de política exterior de su Estado y de su gobierno. Las organizaciones como el CADTM deben hacer la crítica y mostrar los límites de este modo de hacer las cosas.

Espero que las voces críticas con respecto a la cooperación, tal como se hace ahora, se irán reforzando, que esta cooperación tradicional entrará en una fase de crisis más aguda que la actual, que las políticas de austeridad que se aplica en el Norte y que recortan la ayuda al desarrollo sea compensada por una opinión pública que vea necesario un Norte solidario con el resto del planeta y una cooperación entre iguales. Espero que los movimientos de solidaridad Norte/Sur y las ONG que reflexionan seriamente tendrán la capacidad de cuestionar para priorizar la reflexión y la acción sobre las cuestiones estructurales, puesto que es necesario trabajar en campañas sobre temas globalizantes y que traten problemas estructurales y no puntuales. Espero que la crisis que atraviesa la cooperación internacional, que los peligros que representan las políticas de austeridad llevadas a cabo por los gobiernos actuales, que la tendencia a favorecer lo humanitario, la urgencia, las soluciones técnicas, que esos aspectos estarán superados y que se volverá a tener la capacidad de tener en cuenta los problemas estructurales. Son los desafíos que se nos presentan y trabajaremos con otras fuerzas para avanzar en ellos. De todas maneras, el futuro dependerá de la capacidad de las ciudadanas y los ciudadanos para llevar una auténtica lucha de liberación social.

Traducido por Griselda Pinero y Raúl Quiroz

Notas

|1| Fuente: http://www.afrik.com/article12199.html
|2| Trevor-Roper, The Rise of Christian Europe, 1965, citado por Jack Goody, Le Vol de l’Histoire. Comment l’Europe a imposé le récit de son passé au reste du monde, Gallimard, París, 2010, 487 p.
|3| Véase especialmente Paul Bairoch, Mythes et paradoxes de l’histoire économique, La Découverte/Poche, París, 1999, 288 p
|4| Angus MADDISON, L’économie mondiale: une perspective millénaire, Centre de Développement de l’Organisation de coopération et de développement économiques (OCDE), París, 2001, 403 p
|5| Véase Eric Toussaint, "La mundialización desde Cristóbal Colón y Vasco da Gama hasta nuestros días", publicado el 17 de febrero de 2008, http://cadtm.org/La-mundializacion-... Véase también Eric Toussaint, «La mondialisation du 15e au début du 20e s ou comment les Européens et le capitalisme se sont imposés par la violence au reste de la planète», presentación, publicada el 13 de marzo de 2014, http://cadtm.org/La-mondialisation-... ; véase Eric Toussaint, «Les enjeux de l’action de la Banque mondiale et du FMI de 1945 à 2014», presentación, publicada el 7 de abril de 2014, http://cadtm.org/Les-enjeux-de-l-ac...
|6| Banco Mundial, Informe sobre el desarrollo en el mundo 1986, Washington D.C., 1987, p. 4.
|7| Fuente: http://www2.ohchr.org/spanish/law/d...
|8| El Pacto internacional relativo a los derechos económicos, sociales y culturales fue adoptado en Nueva York el 16 de diciembre de 1966 por la Asamblea General de las Naciones Unidas en su resolución 2 200 A (XXI). Entró en vigor el 3 de enero de 1976. Véase el texto integral del pacto y la lista de Estados firmantes en la web de la ONU: http://www2.ohchr.org/spanish/law/c...
Véase una presentación sucinta en: http://es.wikipedia.org/wiki/Protoc...
|9| El Pacto internacional relativo a los derechos civiles y políticos (PIDCP) fue adoptado en Nueva York el 16 de diciembre de1966 por la Asamblea General de las Naciones Unidas en su resolución 2200 A (XXI). Este Pacto entró en vigor el 23 de marzo de 1976. Véase el texto integral en: http://www2.ohchr.org/spanish/law/c...
|10| Véase Eric Toussaint , Olivier Bonfond, ¿Llegará el capitalismo a devorar el Foro Social Mundial?, 21 de marzo de 2010, http://cadtm.org/Llegara-el-capital...
|11| Véase Éric Toussaint: «El Foro Social en contacto con una realidad en ebullición produce una reacción química positiva», publicado el 30 de marzo de 2013, http://cadtm.org/Eric-Toussaint-El-....
|12| Véase la Serie: El contexto internacional de las indignaciones mundiales (5 partes). "Breve visión retrospectiva de los movimientos que precedieron a la primavera árabe, a los indignados/as y a Occupy Wall Street", 8 de enero de 2012, http://cadtm.org/Breve-vision-retro... y http://cadtm.org/De-la-primavera-ar...
|13| Véase Éric Toussaint, El Banco del Sur y la nueva crisis internacional, El Viejo Topo, Mataró, 2008, descarga en francés http://cadtm.org/Banque-du-Sud-et-n... Véase también Eric Toussaint, Benito Pérez, "El Banco del Sur podría ser una alternativa, no así la propuesta de los BRICS", 25 de agosto 2014, http://cadtm.org/Eric-Toussaint-El-...

Ver en linea: http://cadtm.org/Relaciones-Norte-Sur-El-futuro